Desde hace 41 años he podido ver como se ha ido destruyendo el entorno de Dénia. La construcción masiva, los incendios estivales, el crecimiento desproporcionado de su puerto, la invasión de ferrys de pasajeros, embarcaciones de recreo, motos acuáticas, flyboards…
Ibiza, Marbella, Benidorm… son ciudades que siempre me han producido espanto. Ciudades sin identidad donde lo único que cuenta es el turista y la pasta que se deja en sus vacaciones. Por lo visto ese es el modelo que intentamos imitar.
Nos sacamos de la manga un título de “Ciudad creativo-gastronómica nosequemierdas…” y se nos llena la boca comiendo y hablando (al mismo tiempo) de “la gamba de Dénia”. Señores! En el mar de Dénia ya no hay gambas! Recuerdo haberlas visto hace muchos años junto a la escollera Norte. Ahora podemos seguir creyéndonos nuestras propias ilusiones e inventando chorradas para salir en TVE.
Somos tan cenutrios que no somos capaces de ver el tesoro que tenemos alrededor; el mar, el Montgó, el Parque Natural que nos rodea y hace de nuestra ciudad uno de los enclaves más armónicos que yo haya visto jamás. Yo antes tampoco lo apreciaba. Tuve que salir de Dénia y vivir en muchos sitios alrededor del mundo para darme cuenta del privilegio que es vivir en Dénia.
Cuando viví en México conocí a gente que viajaba desde todo el mundo hasta Puerto Vallarta solo para ver cetáceos. Yo ví mi primera ballena hace tres años. Era un Rorcual común (el segundo animal más grande del planeta). Iba con su cría. Los ví desde el Cabo de Sant Antoni mientras cruzaban la reserva marina del Parque Natural del Montgó. Fué un momento mágico. Hasta que un grupo de turistas (por llamarlos de alguna manera) pasaron junto a ellas aturdiéndolas y obligándolas a sumergirse. Recuerdo que en ese momento me pregunté quien era el idiota que consideraba que ballenas y motos acuáticas pueden convicir en el mismo espacio…
Creo que queda claro que mi propuesta se centra en la protección de nuestro medio ambiente. Una protección real. No solo de pegatinas y campañas absurdas contra las mierdas de perro… Una protección con medios y efectivos reales para proteger el Parque Natural del Montgó y su reserva marina del turismo descontrolado.